El día 25 de abril de 1974, hace hoy 45 años, el ejército portugués se levantó contra la trasnochada dictadura de Salazar, una revolución pacífica por encima de cualquier cosa. Los soldados salieron a la calle de madrugada tras la emisión de una canción por la radio, las armas no se iban a disparar y por tanto la población introdujo claveles en la boca del fusil. De esta forma se realizó una transición de una dictadura a un estado democrático y de derecho de una forma ejemplar. Aunque pueda parecer que este acontecimiento no tiene relevancia teniendo en cuenta la temática del blog, la realidad es que trajo repercusiones, no para la vía estrecha del norte peninsular, pero sí para la vía estrecha portuguesa.
En el año 1972 se había cerrado al tráfico el tramo comprendido entre Sernada do Vouga y Viseu de la Linha do Vouga ante el riesgo de incendio por el uso de locomotoras de vapor. Durante la revolución del 25 de abril los habitantes de los pueblos a los que daba servicio se manifestaron para pedir su reapertura y de esta forma se recuperó el servicio con material diésel nuevamente en el año 1975, utilizando los automotores allan. No duró mucho ya que en la siguiente década fue suspendido justificando una baja rentabilidad, dejando a una capital de distrito sin servicio ferroviario hasta el día de hoy.
Hoy en día la Linha do Vouga es la única línea de vía estrecha que se mantiene operativa en Portugal tras el cierre del pequeño tramo de la Linha do Tua en el que funcionaba el Metro Mirandela para realizar un ambicioso proyecto turístico con un tren de parque de atracciones, mientras numerosas locomotoras y coches históricos se encuentran abandonadas en varias estaciones con un futuro incierto.
En el Vouga se presta un servicio denominado regional, aunque por frecuencias sería más bien un cercanías, con antiguas unidades de las líneas suburbanas de Porto (serie 9630), que tras decidir su conversión a ancho internacional resultaban excedentarias. Recientemente se ha iniciado un servicio turístico con una locomotora de la serie 1000 procedente del Ferrocarril del Tajuña, renumerada a serie 9000 en CP, y están previstas varias mejoras que garanticen la continuidad de la línea durante unos cuantos años más.
A día de hoy la presión de los ciudadanos apenas ha conseguido revertir la decisión de cierre de una línea en contadas ocasiones, y casualmente los ejemplos más reseñables tienen en común el ancho, el métrico. Ocurrió con el Vouga en los 70 y con Robla en los 90, seguramente haya servido para impedir el cierre de líneas de vía estrecha en el norte peninsular tras la última crisis económica y servirá para impedirlo en el futuro.